Debido a la epidemia de COVID-19, la vida en Nueva York está en suspenso, pero nuestro futuro no. El Censo del 2020, sin embargo, todavía sigue en proceso.

Al igual que muchas organizaciones en la ciudad, la campaña para promover el Censo de Ariva se ha vuelto virtual. Como uno de los gerentes del Censo para Ariva, llamo a docenas de miembros de la comunidad al día para responder preguntas sobre el censo con el fin de asegurarme de que la Ciudad de Nueva York tenga un conteo completo. Al hacerlo, también he tenido la oportunidad de escuchar relatos de primera mano sobre cómo el coronavirus ha impactado las vidas de las poblaciones más vulnerables de nuestra ciudad.

Cuando comencé a promover el censo por teléfono estaba nerviosa. No quería interrumpir a las personas en un momento de tanto miedo e incertidumbre. Pensé que me iban a colgar o ignorar porque las necesidades que estaban enfrentando parecían mucho más urgentes que completar un formulario. Estaba equivocada. Las palabras más comunes que he escuchado en mis llamadas son “gracias” y “cuídese mucho”.

Chistosamente, el grupo de personas que más me ha expresado sus mejores deseos y agradecimiento son nuestros ciudadanos mayores, que no solo son la población más expuesta sino también la población más aislada e ignorada. Cuando llamo, muchas veces soy la primera persona que escuchan ese día y en lugar de saludarme con sospecha o molestia me saludan con compasión y gratitud. Quizás es porque durante una pandemia, se entiende que todos somos neoyorquinos y que todos nos necesitamos unos a los otros.

A través de las personas mayores he escuchado varias historias sobre los duros impactos que el coronavirus ha generado no solo en la ciudad sino específicamente en los barrios con poblaciones de personas de color y de bajos ingresos. Algunos me han contado sobre las personas que conocen que han sido afectadas por el virus. Otros me han confesado sus preocupaciones de cómo pagarán la renta el próximo mes. Y casi todos han admitido lo solos que se sienten.

De una manera que nunca esperé, la promoción del censo se ha convertido en una especie de servicio público, una forma de generar un sentido de solidaridad y comunidad en un momento en que hemos sido separados. Promover el censo se trata de algo más que contar personas, se trata de hacer que las personas sientan que cuentan. En un momento de distancia social, el Censo nos recuerda que todos somos parte de una sociedad. Aún más importante, las personas mayores con las que hemos trabajado nos recuerdan que, aunque algunos de nosotros somos inmunes al coronavirus, ninguno de nosotros es inmune al paso del tiempo.

En Ariva entendemos que el futuro nunca se ha sentido tan incierto, pero sabemos que el Censo es una de las pocas formas en que podemos controlar lo que viene después. El censo no solo determina como se distribuyen los fondos que son vitales para nuestras comunidades o cuantos representantes tenemos en el Congreso, sino también nos recuerda que nadie es invisible, que todos cuentan. Así que hagámonos contar: ¡complete su censo hoy en https://2020census.gov!